miércoles, 25 de febrero de 2015

Venezuela, un gobierno ‘maduro’ pero poco democrático






Considero inadmisible que ciertos gobiernos se autodenominen democráticos, pero aun más que sean considerados como tales por quienes miran hacia otro lado cuando se encarcela a sus disidentes y cuando se reprime con violencia a la población en las manifestaciones donde no se vitorea al oficialismo sino, por el contrario, se expresa el desacuerdo con el modo en que se es gobernado.


Viene esto a colación de la muerte, ayer martes 24 de febrero de 2015, de un estudiante de catorce años al recibir un disparo en la cabeza durante una manifestación en el Estado de Táchora (Venezuela), la misma región donde hace un año murieron 43 ciudadanos en el curso de varias protestas populares antichavistas.

Es igualmente inadmisible que verdaderas democracias mantengan conniventes e hipócritas relaciones diplomáticas y comerciales con países donde no se respetan ciertos derechos humanos y las libertades brillan por su ausencia.


Del mismo modo, censuro a los grupos ideológicos que se resisten a condenar claramente sucesos como el descrito o recurren a peregrinas explicaciones para justificar tropelías como la acaecida ayer en Venezuela.

Contrasta que la ministra de Interior venezolana declarara, tras los disturbios, que «un oficial de la Policía Nacional Bolivariana presuntamente implicado en el hecho, y quien declaró haber efectuado un disparo al estudiante con una escopeta con municiones de goma, fue pasado inmediatamente a la orden del Ministerio Público para establecer las responsabilidades», mientras que el presidente Nicolás Maduro hablara claramente del «asesinato» de un niño en el curso de unos actos que «estaban [generando] violencia», todo ello pocas semanas después de que el propio Gobierno de Venezuela que él preside autorizara el uso de armas de fuego en las manifestaciones.






Si ya es difícil de digerir que el jefe del Ejecutivo de una nación asegure que su fallecido predecesor, Hugo Chávez, se le apareció en forma de pajarito y que él sintió «su espíritu como dándonos la bendición», más llamativo y contradictorio me resulta que desde el Partido Popular, por poner un ejemplo de incoherencia, se condenen ciertas prácticas antidemocráticas en Venezuela al tiempo que el Gobierno que preside Mariano Rajoy permite la exportación a Venezuela material antidisturbios que sirve para reprimir manifestaciones como la que ayer acabó con la vida de un niño.

Cuánta hipocresía y con cuanta ligereza se utiliza por muchos el término democracia.



Alberto Soler Montagud
Médico y escritor

viernes, 20 de febrero de 2015

Rafael Prats Rivelles - In Memoriam (1943-2015)






El 18 de febrero de 2015, murió en L´Eliana (Valencia) 
el crítico de arte, escritor y periodista, Rafael Prats Rivelles



Querido amigo Rafa:

Me encuentro sentado a una mesa en el pub donde cada tarde meriendo un café con leche.

Perdona que te escriba a través de mi teléfono móvil. Me consta que un veterano periodista como tú considerará una herejía que recurra a tan atrevida modernidad para convertir en palabras las ideas, pensamientos y sentimientos que hoy brotan de mi corazón tras conocer tu repentina ausencia.

Te anticipo que, intencionadamente, pienso a recurrir a la manida metáfora de comparar la vida con un viaje. Imagino que tan trasnochada comparación te parecerá algo cursi, pero intuyo que sabrás disculparme como siempre que has tenido la deferencia de estar de acuerdo conmigo, incluso cuando me has corregido sin que yo me percatara de que, además de amigo, ejercías como ese maestro y referente que siempre has sido para mí.

Como decía Serrat, desde ayer por la tarde, cuando supe de tu muerte, "no hago otra cosa que pensar en ti" y en el viaje que has decido emprender después de estar varios meses despidiéndote de quienes te queremos y nos negábamos a aceptar una realidad que, tarde o temprano, amenazaba con materializarse, como finalmente ha sucedido, súbitamente, cuando todo hacía prever que aun estarías unos años más con nosotros.

Hoy estoy mas convencido que nunca de que la vida es como un largo viaje en tren. Con estaciones y con destinos que pocas veces decidimos y para los que siempre deberíamos estar preparados. Según he ido aprendiendo de la experiencia, en cada trayecto de ese inexorable viaje, es preferible equivocarse al elegir una ruta que no bajarse del tren por impotencia o confiar que sean otros quienes decidan por nosotros.
También he asimilado que conseguir una plaza confortable puede servirnos de ayuda para desempeñar con más confort nuestros cometidos, pero a sabiendas de estar dispuestos, por si llegara el momento, a viajar en asientos de madera o incluso ir sentados en el suelo si las circunstancias así lo impusieran.

Estas son reflexiones que hemos hecho juntos muchas veces y, en cierto modo, enseñanzas que he aprendido de ti cuando me contabas tus experiencias profesionales y tu peregrinar por emisoras de radio y periódicos en tu lejana juventud, unas veces con más incomodidades que otras pero siempre con éxito y trabajando según el dictado de tu conciencia y, sobre todo, con una ética intachable y con una ilusión a prueba de bombas para que nada ni nadie pudiera arrebatarte tus ides, tu bonachona socarronería y tu inteligente sentido del humor.

Hemos hablado en diversas ocasiones, querido Rafa, de lo importante que es saber recuperarse ante la adversidad y lo útil que resulta aprender de la experiencia para llegar ser tan sabio como tú lo eras.
Me consta que el último trayecto de tu viaje, mi buen amigo, ha sido largo y denso en sufrimiento aunque injusta y relativamente breve si consideramos que merecías haber conocido unas cuantas estaciones más en las que haber disfrutado y hacernos disfrutar con tus experiencias aunque te fuera cada vez más difícil conciliar el ritmo de tus posibilidades con las exigencias de unas circunstancias que tu debilitado cuerpo necesitaba fueran cada vez más serenas y pausadas.

En tu última etapa me resultó obvio como ibas asumiendo (a veces consciente y otras inconscientemente) la cercanía de tu meta y que, mas tarde o más temprano, te verías forzado a abandonar tu vagón con la dignidad que siempre te ha caracterizado, algo que finalmente has hecho con la certeza de haber sido un honesto y digno viajero que ha vivido y ha dejado vivir; que ha querido y se ha dejado querer; que ha estado donde debía estar y que ha dejado huella y simiente en ese tren de la vida que, desde ayer, seguirá su camino sin ti pero lleno de ti, de tu obra y de todos esos recuerdos que, quien sabe si algún día, en algún lugar que no sé si existirá, podremos disfrutar juntos de nuevo si el destino así lo decidiera.

Sin duda, amigo Rafa, haber compartido un trocito de mi vida contigo ha sido un privilegio. Sólo por estas prerrogativas y por la existencia de personas como tú es por lo que merece la pena vivir aunque, a veces, la vida nos parezca tan injusta.

Buenas noches, buena suerte y feliz viaje.


Tu amigo

Alberto Soler Montagud

miércoles, 11 de febrero de 2015

¿Y si Eduardo Madina hubiera ganado las primarias del PSOE en 2014?






Tras perder las elecciones primarias a la secretaria general del PSOE Eduardo Madina rechazó la oferta de Pedro Sánchez de entrar en la nueva dirección del partido y se limitó a mantenerse, discretamente, en su escaño del Congreso hasta el término de la legislatura.

Tanto Madina como el líder de la corriente Izquierda Socialista, Antonio Pérez Tapias, el tercer aspirante a las primarias del de julio de 2014, asumieron su derrota sin revanchismos ni armar ruido. Y así fue hasta que, en la última la reunión interna del Grupo Parlamentario Socialista, Madina manifestó su malestar (y el de un amplio sector del grupo) al criticar la proposición de ley del pacto antiterrorista de corte yihadista suscrito por Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, al interpretar que este acuerdo suponía “un aval del PSOE a la cadena perpetua” eufemísticamente denominada como prisión permanente revisable.

Aunque el desacuerdo de Madina y del resto de diputados socialistas que le secundaron no pasó de ser una discrepancia interna, la noticia trascendió a la opinión pública y ha supuesto el fin de un largo silencio (por parte del diputado Madina) así como una gota más dentro del vaso de la tensión interna del PSOE y una rebelión ante Pedro Sánchez a pocas semanas de las elecciones autonómicas y municipales que añade leña al fuego de las críticas que cuestionan el liderazgo del actual secretario general socialista.


¿Y si Madina hubiera ganado las primarias del PSOE?

La reaparición de Madina me ha hecho reflexionar sobre una circunstancia que ya analicé en las semanas previas a las primarias socialistas, a principios del pasado verano, cuando me decanté por su candidatura aun siendo escéptico de su victoria, que sólo contemplaba como posible en un duelo entre dos por considerar que la presencia de un tercer candidato le perjudicaría. Y así fue, pues de no haberse presentado Pérez Tapias, los votos de éste último habrían ido para Madina y no para el candidato oficialista.

Es por ello que, en la coyuntura actual y ante el declive que sufre el PSOE y las tensiones internas que zarandean su estabilidad, me pregunto que habría sucedido si Eduardo Madina hubiera ganado las primarias.

Especulo que con Eduardo Madina como secretario general, habría quedado más patente el izquierdismo del PSOE y habría sido menos masivo el trasvase de votos socialistas a Podemos. La imagen de Pedro Sánchez irradia más conservadurismo que el izquierdismo que rezuma Madina quien, con su radicalismo, habría puesto más difícil a Pablo Iglesias tildar de casta al PSOE.

Del mismo modo, tengo la impresión de que, si Eduardo Madina hubiera ganado las primarias, el escenario de las generales de 2015 sería bien distinto y la euforia de Podemos menos arrolladora, pues es una euforia promovida no tanto por méritos propios sino por el rechazo de la ciudadanía a los partidos tradicionales y el avivamiento que Podemos ha sabido rentabilizar a partir de la rabia, la impotencia y la indefensión de los ciudadanos decentes ante la corrupción.

Pero, el caso es que ni el PSOE ni IU hicieron bien sus deberes y el resultado ha sido la imposibilidad de que en nuestro país haya una coalición de izquierdas que habría podido matar a varios pájaros de un solo tiro: acabar con el bipartidismo en el que se ha visto inmerso el PSOE desde la transición, facilitar la derrota de la bien cohesionada derecha y derechona  (aunque con unas tremendas crisis internas que disimulan como pueden) y ya de paso, impedir que un partido como IU acabe desapareciendo como seguramente sucederá si el proyecto Podemos sigue adelante, pletórico de buenas intenciones y de aun mejores ideas, pero con unos toques de mesiánica utopía que le resta credibilidad si contemplamos al recién nacido partido desde la perspectiva del mundo real y según los criterios que definen lo que en Europa (y no en otras sociedades, en otros países) se entiende por democracia.

Tal vez una hipotética coalición formada por el PSOE de Eduardo Madina e Izquierda Unida habría bajado los humos a Podemos que, finalmente, se habría sumado a un proyecto tripartito. Sin embargo, la ineptitud de unos, la ambición de otros y el voto de la rabia, han hecho que el techo de Podemos no sea ya sólo entrar en política sino gobernar por encima de todo, algo para impensable (incluso para ellos) cuando eran unos educados e inteligentes tertulianos, profesores universitarios que debatían con elementos como Francisco Marhuenda y Eduardo Inda sin perder nunca los papeles.

Solo el tiempo nos dirá como evolucionan los acontecimientos.




Alberto Soler Montagud
Médico y escritor