miércoles, 29 de abril de 2015

El Photoshop, otra forma de mentir en política








En el histórico cara a cara televisivo que en 1960 protagonizaron Richard Nixon y John F. Kennedy, el primero de ellos apareció en pantalla sin afeitar, con un traje gris y un aspecto cansado que inspiraba poca confianza mientras que el segundo cuidó a conciencia su imagen, exhibía un atractivo bronceado y emanaba un aura relajada que le hizo ganar el debate aunque, curiosamente, quienes lo siguieron por la radio se mostraron mayoritariamente a favor de Nixon. 

Es incuestionable que la apariencia física de los políticos puede ser determinante a la hora de decidir un voto o, por expresarlo de otro modo, que no sólo se vota a una idea sino también a una imagen, y de esto saben mucho los expertos en marketing político y asesoría de imagen de los candidatos electorales para que sus pósters y carteles transmitan de forma no verbal lo que ellos intentan esgrimir con palabras y argumentos.

Viene esto a colación de la foto que el PSPV-PSOE ha elegido para promocionar la campaña de Ximo Puig (aunque podría haber elegido la de cualquier otro político y partido, me he decantado por esta por proximidad), el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat Valenciana en los próximos comicios  quien, me consta por conocidos comunes, es una persona normal, cercana, cordial y con un largo bagaje tanto en lo político como en lo privado que hacen de él un candidato digno cuyo rostro no habría necesitado de ningún retoque para reforzar su credibilidad. Es por ello que, considero, ha sido un inmenso error afeitar su característica barba entrecana o borrar con Photoshop unas arrugas de expresión cinceladas por muchos años de experiencia y que sus asesores de campaña han retocado drásticamente en un intento de aproximar su rostro al de un jovencito que acaba de salir de la universidad y utiliza su foto de la orla para darse a conocer en los mentideros políticos.

Creo que al señor Puig le han malaconsejado al no dejarle transmitir la verdad de sus facciones, sin retoques ni artificios, en la cartelería que en muy pocos días inundará las provincias de Valencia, Castellón y Alicante. Un mal consejo que no sólo afecta a Ximo Puig sino a muchos políticos de tantos otros partidos, pues no es mi intención –válgame Dios– censurar o ridiculizar al candidato socialista por mucho que en las pasadas primarias de marzo de 2014 no le otorgara mi apoyo y me decantara por la juventud y las innovadoras propuestas que aportaba su rival, Toni Gaspar a quien Puig derrotó por un amplio margen de casi el doble de votos.

Si bien en aquellos días de campaña me decantaba en mis escritos por rejuvenecer el socialismo valenciano y apostaba por dar paso a nuevos políticos que no hubieran tenido un peso específico en las legislaturas anteriores (en las que el PSPV-PSOE  fue perdiendo fuerza durante dos largas décadas de oposición), sin duda no era  un rejuvenecimiento a golpe de Photoshop lo que entonces tenía en mente.

Sé que ya no llego a tiempo, pero tras contemplar una vez más la foto promocional del candidato socialista (a quien le deseo la mejor fortuna con tal de que la derecha abandone de una vez por todas la poltrona que ha endeudado a nuestra comunidad durante cuatro nefastos lustros), le aconsejaría que, si aun está en sus manos, cambie esa imagen retocada por otras que le muestre tal cual es y no con esa cara tan tersa, artificialmente rejuvenecida e impropia de alguien que nació en 1959.



Alberto Soler Montagud

Médico y escritor

No hay comentarios:

Publicar un comentario