miércoles, 29 de enero de 2014

'Ciudadanos' con VOX propia fracturan al PP





Tras la refundación de la extinta Alianza Popular surgió un milagro y democristianos e incluso algún socialdemócrata procedentes de la UCD compartieron mesa y mantel con el franquismo mas nostálgico, disciplinadamente y sin fisuras, mientras la izquierda tenía dividido su electorado en varias formaciones en unos tiempos en los que el PSOE ofrecía una ilusión por el cambio que hoy ni por asomo transmite.

Sin embargo, poco a poco, aquél organizado cajón de sastre que era la derecha democrática nacida por obra y gracia de don Manuel Fraga, se ha ido convirtiendo en un cajón de desastres del que hoy huyen quienes se sienten traicionados en las esencias de sus convicciones.

El primer competidor serio del PP le surgió en Cataluña con Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía”, un partido liderado por Albert Rivera que apelaba al sentimiento nacionalista español, se oponía al independentismo catalán y que, ante su éxito en las elecciones autonómicas catalanas de 2012, se ha animado a montar una plataforma que aspira a extenderse por toda España para combatir la "preocupante desconfianza de los españoles hacia el sistema democrático”.

Casi simultáneamente surgió “Unión, Progreso y Democracia” (UPyD), partido de ínfulas populistas y carácter progresista –según su fundadora, Rosa Díez  con vocación españolista y un gran énfasis por la lucha contra el terrorismo que supo captar votos del desencanto tanto populares como, –sobre todo– socialistas.

Y como no hay dos sin tres, auspiciado por José Antonio Ortega Lara y Santiago Abascal, se acaba de presentar en sociedad VOX, un partido gestado y parido desde las mismas entrañas del Partido Popular. Un partido que nace y se escinde fracturando al partido madre y aportando unas “ ideas claras sobre la unidad de España” y una crítica al Gobierno de Rajoy por ser “condescendientes y blandos" con ETA y su entorno. Casi nada.

De todo ello es fácil concluir que estos tres partidos han puesto en jaque al bipartidismo, que coinciden en su ensalzamiento patriótico del nacionalismo español y en su postura ante el terrorismo (¿será casualidad o se habrán puesto de acuerdo?) así como en un talante populista que ellos, naturalmente, niegan.

Sea como fuere, nadie duda que el PP atraviesa una crisis de descomposición interna a expensas de su sector mas derechista. Una crisis plasmada en disidencias y abandono por parte de históricos como Vidal Quadras, espantadas como la renuncia de Mayor Oreja a liderar las listas europeas y desplantes como el de Aznar y su ausencia anunciada en la Convención Nacional del PP.

Si a todo ello añadimos la pérdida de fidelidad de los votantes tradicionales del PP y la previsible fuga a VOX de los votos mas ultras, no es descabellado afirmar que hay una bomba en Génova 13 a punto de estallar. Como muestra de ello no hay mas que ver el gesto desencajado con que la secretaria general, María Dolores de Cospedal, ha negado que haya una "fractura" o una "convulsión" interna en el PP mientras los gritos del sálvese quien pueda resuenan hasta en el despacho que nunca tuvo Luís Bárcenas.



Alberto Soler Montagud

Médico y escritor

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