lunes, 4 de noviembre de 2013

¿Fichará Obama a Ana Mato?







Una vez superado el riesgo de una quiebra nacional en los EEUU que mantuvo en vilo a los mercados financieros hace un par de semanas, el Tea Party republicano volvió de nuevo a la carga contra el presidente Obama y su intento de consumar una reforme sanitaria. En esta ocasión, el acoso a la administración del partido demócrata se materializó arremetiendo contra la secretaria de Salud (cargo equivalente al que ostenta nuestra Ana Mato) Katheleen Sebelius, en una dura sesión en la que la derecha mas radical rechazó (una vez más) cualquier atisbo de cambio en la sanidad pública que pueda perjudicar a las mútuas médicas estadounidenses por mas que se beneficie a quienes no pueden pagar una póliza que les asegure asistencia sanitaria en caso de enfermedad . 

El énfasis de este último –por ahora– ataque republicano se centró en contra de un deficiente funcionamiento de la página web oficial donde se explica el funcionamiento de los nuevos seguros médicos. Curiosamente, también algunos parlamentarios demócratas aprovecharon para denunciar ciertos errores detectados en la página.


Obama persevera en la reforma sanitaria

Sin entrar en matizaciones de índole ideológico, es digno de encomio que el presidente Obama, tras cinco años de feroz oposición en materia sanitaria, siga luchando con obsesiva perseverancia porque todos los ciudadanos de su país tengan acceso a un seguro médico, circunstancia que, de  llegar a materializarse algún día, sería el mayor logro social en Norteamérica desde que se promulgara la ley del 2 de julio de 1964 que prohibía la aplicación desigual de los requisitos de registro de votantes y la segregación racial en las escuelas, en el lugar de trabajo y las instalaciones públicas en general.

Sin embargo, una visión realista pone en evidencia cuan difícil lo tiene Barack Obama para que su país llegue a tener una sanidad pública accesible para todos según el modelo que tantas veces ha elogiado aludiendo al que se disfrutó en España antes de que nuestro Tea Party patrio y patriótico comenzara a desmantelarlo. 


Derechas contra izquierdas

Asistimos a un curioso sincretismo de política internacional ya que, mientras en la dolida España la derecha brega por privatizar todo sector y servicio sanitario que se le ponga por delante, sus análogos fanáticos del Tea Party estadounidense se esfuerzan por presentar al Obamacare (denominación coloquial de la reforma sanitaria de Obama) como una imposición de corte socialista apelando a la paranoica aversión anticomunista tan ligada al sentir patriótico americano.   
En cualquier caso, los sondeos informan de que el apoyo al proyecto de Obama sigue siendo algo mayor que el rechazo (en una proporción 60 a favor frente a 40 en contra) aunque las probabilidades de que la reforma sanitaria se lleve a cabo sean mas bien escasas.


Colofón

Vistos los hechos, y no sin una pizca de sarcasmo, comparando las respectivas actitudes gubernamentales de los EEUU y España frente a la sanidad pública, he llegado a la conclusión de que si bien la Administración del presidente Obama fichó en 2012 a quien fuera consejero de Sanidad en funciones del Gobierno Vasco, Rafael Bengoa, para incorporarlo a su equipo de la reforma sanitaria, es harto improbable que si los republicanos tomaran mañana las riendas de la sanidad en los EEUU, cayeran en la tentación de contratar a Ana Mato ni a ningún consejero de sanidad de ninguna comunidad autónoma gobernada por los populares para que les asesoraran en política sanitaria de corte liberal.


Podría explicar los motivos en que fundamento tal aseveración, pero son tan obvios que prefiero no quitarle mas tiempo al lector que ha tenido la deferencia de llegar hasta este último párrafo.

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