viernes, 9 de agosto de 2013

RAJOY SE MANIFIESTA EN EL ANO DE UN CAN







PSICONEUROLOGÍA SOCIO-POLÍTICA

UN CASO DE PAREIDOLIA


Sin una causa aparente, el perro de mi amigo José María se puso nervioso ayer por tarde mientras nosotros, como tantas otras veces, escuchábamos música en su equipo de alta fidelidad, concretamente un vinilo en su recién estrenado plato. Rex permanecía tumbado a los pies de su amo y todo transcurría plácidamente hasta que sonó el scherzo de la novena sinfonía de Anton Bruckner (habría que resaltar que se trataba de la enérgica y rápida versión de Carlo María Giulini al frente de la Filarmónica de Viena) y el can se alteró súbitamente, incorporándose de un salto y comenzando a respirar con contagiosa agitación.

Mientras mi amigo lo sujetaba en un intento de tranquilizarlo, Rex me dio la espalda, y al aproximarme a ellos para acariciarle me llamó la atención una especie de sombra que en los pliegues de su orificio anal en la que percibí una especie de rostro humano. Por mis conocimientos en neurología, supe de inmediato que estaba experimentando un fenómeno, relativamente normal, conocido con el nombre de "pareidolia", una percepción imaginada por nuestra mente que nos induce a encontrar un significado donde no lo hay. La pareidolia es un fenómeno psicológico consistente en percibir erróneamente un estímulo en forma reconocible ((habitualmente una imagen) ). Una explicación de este fenómeno lo describe el ingeniero informático y experto en neurociencia, Jeff Hawkins en su teoría de memoria-predicción y es lo que nos ocurre cuando, por ejemplo, identificamos caras en la corteza de un árbol, vemos figuras de animales en las nubes o siluetas humanas en las montañas.

En mi caso concreto, la pareidolia me ha inducido a ver en el foramen anal del perro de mi amigo una cara que, en principio, hge identificado con el rostro de Jesucristo hasta que, de pronto, me he llegado a convencer que de que era la del político conservador Mariano Rajoy Brey.

Es un hecho científicamente comprobado que, en estos casos pareidólicos, las imágenes que nuestro cerebro interpreta, proceden de la información que en él almacenamos y de la carga emocional que se asocia a ciertas experiencias recientes.

Así, la pareidolia  podría considerarse un fiel reflejo de nuestras expectativas, y creer ver la cara del presidente de gobierno de un nación en el ano de un animal, ser la expresión de una expectativa personal (de quien experimenta la ilusión óptica) de que el país en cuestión "va de culo"  o  "es una mierda" por culpa de la mala gestión de ese político.




Al considerar sumamente interesante lo que me estaba viendo y viviendo mientras Bruckner sonaba sin tregua a través de los altavoces, habida cuenta del contexto socio-político que atraviesa España, decidí tomar una foto del trasero de 'Rex' para compartir en forma de artículo –con quienes quieran leerlo– mi curiosa experiencia de pareidolia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario