El
misterio que envuelve a un singular documento nacional de identidad conocido en
los mentideros como el ‘14 Z’, así como las confusiones, erratas, yerros o
quien sabe si mentiras cuyo uso ha propiciado, es un tema que se les está yendo
de las manos, tanto al ministerio de Hacienda como al Gobierno de
la nación. Como muestra un botón, pues no hay mas que ver como el chulesco
Montoro titubeaba hace dos días al justificar unos errores
que
provocaban hilaridad por su falta de credibilidad y, lo que es peor, la
posibilidad de que en verdad nada supiera el ministro de Hacienda de un tema
del que nadie le haya informado todavía.
Conforme el affaire
14-Z va adquiriendo una envergadura propia de los asuntos calificados
como “materia reservada", se impone la necesidad de una comparecencia de
Mariano Rajoy en mangas de camisa, con cara de estar fatigado aunque muy seguro
de lo que hace; en una sala con muchos monitores donde enloquecidos técnicos
trabajen día y noche tecleando y manejando ratones como en los prologómenos de
un lanzamiento espacial. Tal vez no estaría de mas que un meditabundo Iker Jiménez
apareciera fugazmente, como quien no quiere, divagando por la sala de control
mientras una voz en off informa que el presidente le ha requerido como asesor
personal.
Lo tangible y lo
intangible
Vayamos a los hechos
que son tangibles, o al menos lo están siendo hasta el momento presente.
El ministro Montoro ha hablado de errores, pero no ha aclarado nada al respecto.
El ministro Montoro ha hablado de errores, pero no ha aclarado nada al respecto.
¿Cuales son esos
errores?
¿Tal vez la
concomitancia de que varios registradores de la propiedad, sin conocerse entre
si, hayan diligenciado de un modo simultáneo unas ventas de inmuebles, todas
falsas por haber sido cursadas utilizando el DNI de la infanta Cristina?
¿Cómo explicar un fallo
colectivo tanto o más improbable como que Belén Esteban reciba el premio Nobel
de cultura, entre otras cosas porque es un premio que no existe?
Pero más allá de lo tangible, surge una pregunta crucial, misteriosa y hasta peligrosa: ¿Y si no hubiera ningún error sino sólo un desliz al quedar al descubierto ciertas estrategias y tratamientos especiales para con una familia que, por ahora, conviene siga siendo intocable?
Pero más allá de lo tangible, surge una pregunta crucial, misteriosa y hasta peligrosa: ¿Y si no hubiera ningún error sino sólo un desliz al quedar al descubierto ciertas estrategias y tratamientos especiales para con una familia que, por ahora, conviene siga siendo intocable?
Consecuencias del 'affaire 14-Z'
Sea como fuere, surgen
dos graves consecuencias a partir de este affaire 14-Z: la primera es
que las tragaderas de los ciudadanos empiezan a atascarse en medio de una
situación de recortes y de unos impuestos insoportables; y la segunda, que
Hacienda pierde credibilidad y fiabilidad conforme se percibe que –como la
justicia– puede que no sea igual para todos.
Porque, si se medita
reflexiva y razonadamente, es fácil llegar a dos conclusiones, a saber cual más
peligrosa: o bien la Agencia Tributaria manipula a su antojo los datos, con
intrascendente futilidad y con una inoperancia contraria a su ostentación de
rigor, o bien, en el affaire 14-Z se ha actuado por inconfensables y
perversos motivos que, por un descuido –o quien sabe si por sabotaje– han
trascendido a la opinión pública.
La bola de nieve
Y claro, tal y como
está el patio, la propensión al chismorreo, que es inherente a nuestra
idiosincrasia, ha desatado una sarta de bulos que se convierten en bolas; pero
no bolas de trola o de mentira sino de bola de nieve que avanza hacia
abajo por la ladera de los despropósitos y que crece con el cúmulo de las
especulaciones que en su acometida promueve.
Colofón
Hoy por hoy, pensar
todavía es gratis, y especular aun no es pecado, ni tampoco delito, siempre y
cuando se haga al amparo de la fantasía, el sarcasmo y con una buena dosis de
vocablos tipo presunto, hipotético o supuesto precediendo a cada
elucubración de quienes están hasta los mismísimos de todo en medio de un
circo pestilente donde, no lo olvidemos, por haber, hubo hasta elefantes por
mucho perdón que por ellos se pidiera a posteriori.
Punto y final
Antes del preceptivo
punto y final, citaré unas declaraciones del portavoz del sindicato de los Técnicos
de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, quien en unas declaraciones a
Europa Press, ha manifestado que que aunque siempre se puedan cometer errores,
trece errores, con notarios y con registradores distintos implicados es muy
extraño e inaudito: "Errores siempre se pueden cometer, pero trece veces
es muy fuerte y que trece notarios distintos se confundan con un DNI y, además,
con el mismo DNI, es muy extraño", dijo textualmente el portavoz en cuestión.
Alberto Soler Montagud
Es que 13 es un número todopoderoso.... ;o)
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