martes, 31 de julio de 2012

EUFEMISMO RIMA CON CINISMO






Según el diccionario de la RAE, un eufemismo es una “manifestación suave o decorosa de ideas cuya franca expresión resultaría dura o malsonante”. También nos informa el DRAE de que el cinismo es una “desvergüenza o descaro en el mentir o en la defensa y práctica de actitudes reprochables”. La relación de ambos vocablos entre si (además de su rima en consonante) ayuda a entender por qué los políticos abusan tanto de los eufemismos para suavizar sus declaraciones más duras y hacer pasar por tolerables las medidas más impopulares al actuar como un maquillaje que aporta moderación a la realidad.


EUFEMISMOS NUESTROS DE CADA DÍA
Por una dificultad para llamar a ciertas cosas por su nombre, hace tiempo que se instalaron en nuestro lenguaje una serie de eufemismos que nos impelen, por ejemplo, a llamar mayores o “personas de la tercera edad” a los viejos; “de color” a quienes son de raza negra; “invidentes” a los ciegos; “personas con capacidades diferentes” a los  discapacitados; “material para adultos” a la pornografía; “país en vías de desarrollo” a ciertas demarcaciones geográficas sumidas en la pobreza, y así hasta un largo etcétera en el que no nos detendremos.


Eufemismos en las guerras









Todos hemos oído hablar de “daños colaterales” cuando se informa de muertes civiles; escudos humanos” como un sutil modo de decir que niños, ancianos y civiles en general han sido expuestos a un ataque; fuego amigo” como el causante de bajas por errores en el propio bando. También en las guerras conyugales se escuchan eufemismos de quienes quieren minimizar con buenas palabras una ruptura de pareja; recordemos cuando la Casa Real hizo público el eufemístico comunicado de que la Infanta Elena y Jaime de Marichalar iniciaban un “cese temporal de convivencia”.







Afrontan con alegría y naturalidad su 
cese temporal de convivencia

EUFEMISMOS EN TIEMPOS DE CRISIS

La actual crisis económica se ha revelado como una gran fuente de inspiración para crear los mas elaborados y rebuscados eufemismos que nunca jamás habíamos escuchado. Comprobémoslo con una selección de los más relevantes giros del lenguaje proferidos por unos retorcidos políticos incapaces de llamar pan por su nombre cuando el pan no parece ser muy bueno. 







El señor ministro no duerme. Solo "está concentrado
y diseña estrategias" para hacer de España la
gran nación con que sueña. 


Crisis
Fue el propio vocablo crisis el primero en ser censurado y sustituido por eufemismos como aquella “desaceleración económica” o “tasa negativa de crecimiento económico” con que el zapaterismo se resistió a admitir una realidad ante la que ya aplicaban remedios en otros países mientras aquí se hablaba de “brotes verdes”.
Recortes
¿Quién dijo recortes? En nuestro santo país solo se están aplicando “reformas”, “ajustes” o “medidas de reordenación”, pero recortes, nunca.
Amnistía fiscal
“Amnistía” y “fiscal” son dos palabras que nunca pronunciará ningún componente del gobierno de Rajoy, al menos juntas y mucho menos el ministro Montoro quien, entre risita y risita, sugirió que ciertos delincuentes pudieran blanquear su dinero no declarado tributando solo un 10% en base a una “ley de regularización de activos ocultos”, que no es mas que una amnistía fiscal.







Subida de impuestos
En medio de una vorágine de incumplimientos de promesas electorales, el PP ha subido los impuestos sin reconocer que lo había hecho. Y es, al parecer, en vez de subir el IVA o el IRPF, el gobierno de Rajoy solo ha aplicado una “modificación de la estructura impositiva” o una “subida de impuestos indirectos en términos hacendísticos” en el caso del primer impuesto, y un “recargo temporal de solidaridad” o una “subida temporal centrada en los principios de justicia y equidad” en lo que respecta al segundo. Y quien no lo entienda, será porque es tonto.
Rescate
Aquí es donde el ingenio de nuestros gobernantes ha dado mas de si. De Guindos y compañía han negado que se nos haya rescatado al reconocer tan solo un “préstamo en condiciones favorables para la banca”, la “apertura de una línea de crédito” o incluso un “plan global de saneamiento para recapitalizar a los bancos”. Ingeniería semántica pura que, reconozcámoslo, no nos sacará de la crisis pero tiene su mérito.








Un ciudadano le "devuelve" a un político 
algunos eufemismos que acaba 
de escuchar

AL PAN PAN, Y AL VINO VINO
Llegado a este punto, sería interesante recordar una palabras pronunciadas por Mariano Rajoy en su discurso de investidura del pasado mes de diciembre de 2011: “Prometo decir siempre la verdad, aunque duela, sin adornos y sin excusas: llamar al pan, pan, y al vino, vino”.



Al pan pan... y ¡viva el vino!


Una promesa más incumplida por un gobierno que, además de proferir las perlas anteriormente expuestas, cuenta con un presidente que, con una crueldad rayana en el sadismo, ha justificado la disminución en las prestaciones a los desempleados  como una “incentivación para que los parados busquen trabajo”, tras reconocer que no se crearía empleo en mucho tiempo y mientras los diputados de su bancada aplaudían como locos dando muestra de una idiotez tan supina como falta de ética y de esa caridad cristiana que tanto le gusta y predica la derecha.





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