miércoles, 11 de enero de 2012

SI ENFERMAR ES CARO, SER POLÍTICO ES UN DISPENDIO



Mientras a los clientes de la sanidad pública se les notifica a través de unas “facturas informativas” del gasto que generan, alguien debería poner al corriente a los políticos profesionales de cuanto nos cuesta mantenerlos en sus cargos, a ellos que ignoran la austeridad, piden sacrificios a los contribuyentes y mutilan salvajemente las nóminas de los funcionarios (en concreto en el sector sanitario de la Comunidad Valenciana) mientras se aferran como lapas a sus escaños y poltronas disfrutando de unas prebendas ni en sueños asequibles para el mas común de los mortales.


Facturas “informativas” a usuarios de la sanidad pública

Algunos gobiernos autonómicos están enviando a los usuarios de la sanidad pública unas “facturas informativas” con el coste de sus estancias hospitalarias, o de cualquier otro tipo gasto (farmacéutico, consultas en urgencias…), ocasionado por sus enfermedades. Como anécdota, he constatado que esta información ha hecho creer a mas de uno (sobre todo ancianos y personas poco instruidas) que se les estaba reclamando el pago de la cantidad allí reseñada o bien que se les recriminaba por empobrecer al país con sus enfermedades.


¿Quién informa de los gastos de los políticos?

Es un agravio comparativo que solo se “informe” de los gastos con dinero público a los enfermos y no se haga lo mismo con tantos políticos como pululan por los mentideros estatales y autonómicos con el obsesivo objetivo de convertir en una “profesión vitalicia” (incluso remunerada cuando ya no la ejerzan) un acto de servicio público que solo debería ser un paréntesis puntual en sus vidas.

Así como a nadie se le obliga a abandonar sus actividades privadas para dedicarse a la política, tampoco nadie debería permanecer en ella tanto tiempo como para convertirla en una profesión y mucho menos en un modus vivendi. Al menos no debería ni intentarlo quien no actúe en base a una ideología sustentada en la ética sino solo por afán lucro y la ambición de aferrarse a un trabajo estable y bien pagado.


Del Rey abajo, todos.

Al igual que sucede con los usuarios de la sanidad pública, los mandatarios deberían recibir también, a título “informativo”, una "notificación recordatoria" de cada gasto que generen además del sueldo que perciben. Los destinatarios de esta información tendrían que ser todos los que se encuentren dentro del espectro que abarca desde Rey hasta el concejal de festejos del pueblo mas pequeño e ignoto de la geografía española.

Sería de justicia que las “facturas informativas” dirigidas a estos próceres se hicieran públicas y en ellas se informara, hasta el último céntimo, de todos los gastos “normales” que tanto disparan los presupuestos oficiales al amparo de la alegría que se tiende a derrochar cuando se paga con dinero ajeno.


Gastos que todos deberían conocer

1- Costo de cada kilómetro recorrido por todos los coches oficiales (incluyendo compra del vehículo, mantenimiento, sueldo de los chóferes, etc.). Como aviso a navegantes, se reseña que el alcalde de una importante ciudad situada en el centro de España se ha movido hasta hace poco en un Audi A8 valorado en 591.624 euros.


2- Gastos inútiles de engalanado y lavado de cara de centros y organismos oficiales previos a la visita de los políticos. Se incluye en esta partida los cuadros que se cuelgan para ocultar desconchados añejos y las flores que por arte de magia aparecen donde nunca las hubo.

3- Importe por asistente del incontable número de actos, fiestas, recepciones y comidas que a diario se organizan en torno a políticos y con cualquier excusa, por lo general irrelevante.

4- Detalle pormenorizado de los extractos de todas la VISA ORO oficiales. Tampoco estaría de mas ampliar la información a todo tipo de tarjetas con cargo a cuentas públicas.

5- Importe de cada billete de avión en primera clase y clase preferente, así como otros transportes, tanto públicos como oficiales, de los que habitualmente se benefician los políticos. Reseñemos que los diputados pueden utilizar a su antojo, con cargo a las arcas del Estado, aviones, trenes o barcos cuantas veces “precisen” hacerlo.

6- Información del coste de los regalos de bienvenida ofrecidos a los diputados cada comienzo de legislatura (iPads, teléfonos de última generación, ordenadores portátiles, facturas de telefonía con cargo a las arcas públicas, conexiones gratuitas a Internet así como otras prebendas de moderna tecnología).

7- “Factura informativa” y contrastada con justificantes de gastos de las dietas percibidas por los parlamentarios que no viven en Madrid (casi 2000 euros al mes por manutención y alojamiento). Quienes viven en Madrid perciben también casi 900 euros mensuales en concepto de gastos libres de impuestos (dietas aparte si han de viajar).

8- “Facturas informativas” de las aportaciones mensuales a los planes de pensiones de los políticos (hechas con dinero público, por supuesto).

9- Remitir una “nota informativa” a los diputados y senadores por cada absentismo laboral especificando la cantidad que siguen cobrando cada día que no se presentan en su despacho o acuden a la sesión correspondiente. Recordemos lo familiar que resulta ver la Cortes en plena sesión con un hemiciclo casi vacío.

10- Constatemos por último que un diputado o senador solo necesita “trabajar” siete años para acceder a una pensión máxima mientras un trabajador normal” debe cotizar treinta y cinco.



Alberto Soler Montagud

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por este artículo... Espero y deseo que alguno de los tantos políticos que pululan por nuestras vidas tenga la voluntad de apretarse el cinturón a la par que cualquier ciudadano y que los que dilapidan el dinero aportado por todos sean conscientes de que han de ser apartados de cualquier cargo público.
    "Cuando quien manda pierde la vergüenza, los que obedecemos estamos en nuestro derecho a perderles el respeto"

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  2. ¡Compañeros de gobierno, no abuséis del dinero público, que somos muchos y no hay pa' todos!

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