miércoles, 19 de mayo de 2010

UN CURIOSO FENÓMENO TELEVISIVO EN TIEMPOS DE CRISIS




Ahora que estamos en plena crisis económicas, sorprende que dos cadenas televisivas, ideológicamente afines y no precisamente por su conservadurismo, coincidan en emitir en "time prime" sendos programas dedicados al lujo y la ostentación de los ricos. Uno de ellos, "Mujeres ricas" (La Sexta), ha conseguido una alta audiencia en comparación con el promedio de la cadena. El segundo ha sido una entrega puntual del programa "Callejeros" (Cuatro) que, por una vez, abandonaba los habituales barrios pobres y los grupos marginales para mostrar el día a día de los círculos más adinerados de La Moraleja y la zona más VIP de Marbella.

En "Mujeres ricas", un programa semanal, cuatro mujeres de clase alta y pudiente, centran todos sus esfuerzos en enseñar al espectador como combatir el ocio y gastar el cupo diario que sus inmensas fortunas les otorga (en el último programa, una de ellas mostraba sus desvelos por conseguir que su marido le comprara un Miró del que se había encaprichado).

Coches de lujo por doquier, mansiones de ensueño, guardarropas atestados de marcas exclusivas, una escapada al delicatessen de la esquina para adquirir una botella de vino de más de dos mil euros para una cena informal, el trato preferencial en uno de los exclusivos clubs de la urbanización, la llegada a la misa dominical en el asiento trasero de un inmaculado Rolls Royce con chófer privado.

Tal parece que que con estos programas se quiera mostrar un escaparate de ese ‘otro mundo’ que coexiste con el nuestro, una brisa de aire fresco y perfumado que nos haga olvidar durante sesenta minutos la realidad de los ajustes económicos de a pie, las apreturas cotidianas y los sueldos mileuristas de aquellos que aun no están en el paro.

Sin embargo, la razón de ser de estos ‘realitys’ podría ser muy distinta a lo que cabría pensar de entrada por lo que se ve en pantalla en una simple y primera lectura.

Precisamente, que un canal como La Sexta, caracterizado por su progresismo y un perfil de audiencia fundamentalmente joven y socialmente concienciada (con la lógica excepción de las retransmisiones deportivas, que siguen un más amplio espectro) emita un programa como "Mujeres ricas" nos lleva a plantearnos una serie de preguntas.

¿Qué se pretende con este frívolo y provocador muestrario de las clases pudientes exhibiendo sin pudor sus riquezas?

¿Qué quieren hacernos ver y que mensaje se oculta tras una apariencia de glamorosa superficialidad?

¿Por qué Cuatro decidió emitir un “Callejeros” con las mansiones y modo de vida de los ricos empresarios, famosos y multimillonarios de La Moraleja?

No sería descabellado pensar en la existencia de un subliminal mensaje dirigido a que el espectador tome nota de que ‘ese tipo de vida existe’ y se encuentra muy próxima a la nuestra aunque nos separe una infranqueable muralla que ni en sueños podríamos salvar para respirar el mismo aire que un prójimo que puede gastarse en un desayuno en su club, bastante más de lo que muchas familias ingresan cada mes en su cuenta.

¿Cual puede ser el interés de enseñar este tipo de vida a unos espectadores que pasan serios apuros para llegar a fin de mes? ¿Tal vez quiera provocárseles un shock con esas crudas imágenes de una realidad que solo se conoce a través de las novelas, las películas o las páginas en color del ’papel couché’?

Analicémoslo.

Tal vez primero se pretendería que el espectador se familiarizara con unos inusuales personajes y, así, en una primera fase, llegaría a la convicción de que 'esa forma de vida' existe más allá de la ficción. Luego, en una segunda fase, se buscaría una reacción de resquemor y desazón así como un ‘deseo imposible de cumplir’ de ser como los que aparecen en pantalla. En tercer lugar, al televidente no le quedaría ya más remedio que asumir su impotencia para alcanzar, ni de lejos, ese estilo de vida que acaba de conocer.

Superadas estas tres fases, se produciría un auto-ajuste para conciliar la fantasía con la realidad, y el espectador sería capaz de elaborar una serie de conclusiones como por ejemplo: “el reparto de la riqueza es injusto”.

Lo que sucediera después podría ir desde un radical y extremista impulso de irrumpir en las mansiones de los ricos para arrebatarles sus riquezas (algo impensable en nuestra civilizada sociedad aunque muchas veces se haya dado en la historia de la humanidad), hasta una concienciación de las clases trabajadoras que las impulse a "exigir a los gobiernos unas mayores cargas impositivas a los ricos" para reducir las suyas propias.

Claro que, esto que se plantea no es más que una hipótesis, que algunos podrían tildar de teoría conspirativa. Aunque, bien mirado, resulta curioso que los primeros programas de “Mujeres ricas” se grabara durante los meses de Noviembre y Diciembre, y no se haya emitido precisamente hasta ahora que, desde distintos sectores, se pide al gobierno que se aplique sobre las grandes fortunas unas medidas fiscales y tributarias más duras que las que hasta ahora soportan.


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