sábado, 22 de mayo de 2010

LA OPOSICIÓN EN PLENO ABANDONA EL HEMICICLO DE LAS CORTES VALENCIANAS





Los diputados del PP de la Generalitat Valenciana se quedaron literalmente solos cuando todos los miembros de la oposición (PSPV-PSOE, Compromis y EU) abandonaron el hemiciclo de 'Les Corts' , justo en el momento en que Rafael Blasco (portavoz de los populares) iba a solicitar de la Cámara la reprobación de Ángel Luna (diputado y portavoz socialista) por sus "continuas descalificaciones, insidias e imputaciones sobre el PP y Francisco Camps".

Contemplar a los diputados del PP aplaudiendo mientras Rafael Blasco se dirigía al escaño vacío de Ángel Luna y recitaba un kafkiano monólogo con el que pretendía hacerle "reflexionar sobre su actitud" y le censuraba "su incorrecto proceder", fue una surrealista versión de una realidad parlamentaria en la que “sobran” aquellos diputados que no sean del PP, en base a una mayoría absoluta que recientemente definí como "la más absurda de la historia de la democracia" en un artículo publicado en "El Plural"

De este hecho insólito podríamos extraer dos interesantes conclusiones.

De una parte, el hecho de que la oposición pueda ser capaz (de hecho, lo hizo) de tomar una decisión unánime aunque solo sea la de abandonar el hemiciclo y posar para una foto de familia en la escalera oval del ‘Palau de les Corts’ mientras los populares siguen su sesión en solitario.

Por otro lado, se podría concluir que, si una acción como esta pudiera materializarse en una candidatura única de izquierdas para las próximas elecciones autonómicas de 2011, es casi seguro que muchos de los que cada cuatro años ejercen su derecho a la abstención movidos por el desencanto, tal vez se decidieran a acudir a las urnas con la ilusión renovada de poder acabar con el rodillo que desde hace años arrasa en una comunidad harta ya de prepotencia.

Cualquier ciudadano con los pies en el suelo será consciente de las dificultades que entrañaría llegar un pacto como este, dado el individualismo de los partidos políticos y el celo con que defienden su propia identidad, pero, como soñar cuesta bien poco, no está de mas plantearlo aunque sea como una remota posibilidad.

En cualquier caso, la situación que atraviesa la ‘Comunitat Valenciana’ podría ser una buena excusa para dar un golpe de timón que abriera las puertas a una alternancia de gobierno que acabara definitivamente con la era de soberano absolutismo del PP valenciano.


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